La educación en salud pública puede considerarse un término ambiguo. Enseña la forma adecuada de mejorar la salud y puede involucrar solo a una o dos personas, o la población de varios países. Cualquier cosa que pueda amenazar seriamente la salud física, mental o espiritual de una amplia gama de personas, especialmente debido a sus interacciones entre sí, puede clasificarse como una amenaza para la salud pública de la comunidad. Es por eso que la educación en salud pública se convierte en una herramienta necesaria para ayudar a las personas contra la propagación de enfermedades y dolencias potenciales. Cinco de las razones más importantes por las que la educación en salud pública puede resultar beneficiosa son las siguientes:
1. Las personas pueden aprender a prevenir la propagación de enfermedades transmisibles mediante la formación y los métodos que se enseñan en la educación. Las personas pueden tener un mejor acceso a la información sobre la prevención general de enfermedades, incluido el conocimiento de qué hacer y cómo actuar durante las epidemias en su área. Ciertas enfermedades tienen sus propios métodos de prevención individuales que las personas deben conocer y el empleo de estas técnicas reduce el riesgo de ser infectados por posibles enfermedades. A través de la educación en salud pública, incluso cosas simples como usar una máscara contra la gripe en áreas particularmente afectadas o saber cuándo vacunarse para una enfermedad en particular que es prominente en esa época del año, siempre resulta muy eficaz para limitar el número de personas afectadas. anualmente.
2. Más personas pueden acceder a instituciones médicas públicas y privadas para prevenir enfermedades o afecciones médicas, o para tratarlas mejor. Sin los beneficios de una educación de salud pública, la mayoría de las personas pueden sentirse lo suficientemente saludables y no tener la necesidad de hacerse un chequeo general. Ser consciente de que es necesario ver a su médico con regularidad es una de las cosas importantes que se aprende en una buena educación en salud pública. La mayoría de los hospitales y clínicas médicos ofrecen vacunas o vacunas durante las temporadas de gripe, o cuando hay un brote general de hepatitis, y una educación de salud pública asegura que más personas sepan ir a estas instalaciones y aprovechar el tratamiento, lo que reduce la cantidad de personas enfermas.
3. Las personas pueden adoptar un comportamiento más saludable para reducir el riesgo de que las enfermedades se propaguen entre ellas. Mantener las cosas más limpias en la casa, optar por reducir o dejar de fumar por completo o hacer más ejercicio son solo algunas de las muchas formas diferentes que se enseñan en la educación sobre salud pública para combatir las enfermedades y mejorar el estilo de vida.
4. Las personas se vuelven más conscientes de la información relacionada con la enfermedad, en lugar de creer en la percepción pública. La educación en salud pública no solo trata sobre cómo prevenir enfermedades, sino que también proporciona detalles sobre cómo funciona una enfermedad, lo que puede disipar algunos mitos y falacias sobre ella en la sociedad. El virus del VIH, por ejemplo, se puede transmitir a través de relaciones sexuales sin protección, pero no a través de actividades como besar o tocar. Esto también ayuda a cambiar la opinión de una persona hacia alguien infectado, promoviendo más empatía en lugar de discriminación.
5. Las personas pueden ayudar y contribuir a la prevención de enfermedades mediante el apoyo o el voluntariado en los centros de salud. La educación en salud pública es más que simplemente difundir información; también llama a las personas a participar activamente en ayudar a los demás. Para poder proteger la salud de uno, también es necesario proteger la salud de otras personas a su alrededor y ayuda a fomentar una comunidad más unida y un mejor sentido de camaradería.