A principios de 1903, Elena G. de White (1827-1915), una prolífica autora y consejera cristiana estadounidense, publicó su primer libro sobre educación. El tema apareció ante los ojos de la Sra. White mucho antes de que despertara interés en nuestra sociedad. Por ejemplo, en 1862, la Sra. White y su esposo, James White, estaban interesados ??en organizar la educación formal. Como resultado, su denominación estableció una escuela en Battle Creek (Michigan) inicialmente para preparar a los obreros de la iglesia.

En las últimas décadas, un fenómeno cultural llamado posmodernismo cobró fuerza después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la sociedad atravesó un rápido proceso de desestabilización de la familia, la escuela, las iglesias y otras tradiciones occidentales. Las ideas posmodernistas amenazan la posibilidad misma de la educación. Para los pensadores posmodernistas, la verdad ni siquiera es un salmón resbaladizo: no existe. Sin embargo, la búsqueda de sentido es un derecho humano inalienable. La creencia en el significado y la libertad de buscarlo son los principios de una sociedad sana. Lo último que necesitamos es jugar con esos juegos de palabras posmodernistas.

La Sra. White cree que cuando la ciencia y lo espiritual se combinan en los estudios en nuestras escuelas, brindamos la posibilidad a los jóvenes de convertirse en hombres de pensamiento profundo. Si apuntamos a un estándar bajo, alcanzaremos solo un estándar bajo. Es por eso que el sistema educativo no logra educar a los estudiantes. Ni siquiera son capaces de pensar con claridad. Generaciones enteras están creciendo adictas a la pereza, los deberes están sin hacer, ¡y todo está bien! En realidad, a pesar de un gran esfuerzo durante los últimos 20 años, el rendimiento académico entre los estudiantes continúa a la zaga. La verdad es que el sistema de escuelas públicas no proporciona un ambiente adecuado para el aprendizaje. Sin embargo, el sistema de escuelas públicas de hoy tolera nuevas ideas solo a pequeña escala y lo hace en gran medida para reducir las presiones para cambios más amplios.

Ya es hora de hacer algunas preguntas: ¿qué tipo de educación puede rescatar al hombre del nihilismo y permitirle alcanzar la autenticidad? ¿Y cómo intentaremos alcanzar este ideal?

Por lo tanto, la atención en la educación debe ser mantener alejada de las escuelas las doctrinas que son conjeturas de hombres sin compromiso por la verdadera libertad. Los autores y científicos cristianos creen en la libertad y esa libertad nos da la oportunidad de cambiar. Sin lugar a dudas, la manera de volver a encarrilar la educación es brindar a los jóvenes una educación de base amplia en la que tengan la oportunidad de estudiar las ciencias, las artes y las habilidades en el contexto de una cosmovisión bíblica.

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