Imagínese, si puede monitorear y controlar la puerta de su garaje de forma remota en su teléfono, asegurándose así la tranquilidad o imagine que puede configurar el termostato de su hogar 10 minutos antes de llegar a casa o su lavadora puede enviarle un mensaje de texto, cuando su La ropa está lavada y lista para ser colocada en la secadora. Las aplicaciones de Internet de las cosas han hecho realidad toda esta imaginación.
Internet de las cosas se ha convertido en una palabra de moda en los últimos años. El término «Internet de las cosas» fue acuñado por primera vez por Kevin Ashton en 1999 para describir un sistema en el que una computadora puede recopilar datos del mundo físico a través de sensores sin ninguna intervención humana. Hoy en día, IoT se refiere a proporcionar conectividad a Internet a dispositivos físicos que nos permiten monitorearlos y controlarlos. Este artículo se centra en cómo la IoT puede beneficiarse en el uso personal y doméstico.
En el paradigma de Internet de las cosas, los dispositivos con sensores están conectados a Internet. Estos dispositivos no necesitan tener soporte Wi-Fi incorporado para conectarse a un enrutador inalámbrico como es de esperar para un teléfono inteligente o una tableta. Pueden usar diferentes protocolos como Bluetooth LE, ZigBee, Z-wave o Wi-Fi para comunicarse con una puerta de enlace. La puerta de enlace puede admitir estos protocolos de radio para comunicarse con el dispositivo en un extremo y conectarse a un enrutador de Internet doméstico en el otro extremo. Una puerta de enlace o hub llamado «Revolv» se exhibió en CES 2014. El uso de transceptores de radio de baja potencia da como resultado una mayor duración de la batería para dispositivos que funcionan con batería, como detectores de humo y termostatos.
Los datos capturados por estos dispositivos se cargan en la nube. La nube oculta Z-Wave, ZigBee, Wi-Fi y los demás protocolos de la aplicación del usuario. Cualquier producto que utilice cualquiera de estos protocolos se puede controlar en el mismo teléfono inteligente; así, a su vez, hace realidad las redes domésticas heterogéneas. Cada uno de estos dispositivos se puede identificar de forma única en la nube. Una aplicación de teléfono inteligente o una aplicación web puede acceder a los datos de este dispositivo y enviar un comando a cualquiera de estos dispositivos. De este modo se pueden monitorizar y controlar electrodomésticos como lavadora, frigorífico, microondas, acondicionadores de aire, etc., así como dispositivos sencillos como bombillas. Esto puede resultar en una mejor gestión del hogar y la energía.
Este es solo un vistazo de Internet de las cosas en el campo del uso personal y doméstico. Los productos de IoT se pueden utilizar para crear un sistema de monitoreo en el hogar para niños y personas mayores. El médico puede monitorear a los pacientes en sus hogares, lo que reduce los costos de hospitalización. Hay un sinfín de posibles aplicaciones de IoT que pueden mejorar nuestras vidas y ayudarnos a administrarnos a nosotros mismos y a nuestras casas de manera más efectiva.