En el panorama general de un entorno de enseñanza, la mayoría encaja y responde adecuadamente a la educación estandarizada. Sin embargo, siempre hay algunos que son tapones cuadrados que simplemente no encajan en los orificios redondos del sistema. En caso de que no se reconozcan sus diferencias únicas, pueden convertirse en amenazas para el sistema y ser etiquetados como estudiantes problemáticos. La psicología de la educación entra así en escena para arrojar algo de luz sobre el tema. Los profesionales de la enseñanza están capacitados en este campo para observar e identificar a los estudiantes que muestran síntomas de no ajustarse a la norma. Ya sea que la causa se deba a un trastorno por déficit de atención, imaginación o glándulas hiperactivas, o simplemente a un genio en ciernes, se puede prestar especial atención a estos individuos sin señalarlos como bichos raros.
Dado que el método grupal no funciona para estos casos, se emplean métodos de enseñanza personalizados para llegar a ellos. Dependiendo de la condición del destinatario, hay una variedad de opciones disponibles para las selecciones. A medida que un ser humano atraviesa varias etapas de desarrollo, su capacidad para aprender también evoluciona en consecuencia. Quizás uno esté más inclinado hacia la fase de indagación. Si es así, los métodos utilizados deben estimular preguntas seguidas de respuestas apropiadas para una fácil comprensión. Al no provocar frustración, los problemas para captar nueva información se resuelven y el aprendizaje toma un nuevo camino.
Abordar cómo giran los engranajes de la mente también es una disciplina incluida en la psicología educativa. La forma en que uno acepta la información, la procesa y la guarda para recuperarla en el futuro puede variar de un individuo a otro. Dado que la mente adopta una especie de mapa de ruta, cada uno usa su propia interpretación para seguir sus formas de manejar la información. Similar a un GPS, puede haber más de una ruta desde el origen al destino. Se pueden utilizar diferentes formas de asociación mental para retener datos.
Las acciones o los comportamientos físicos también influyen en el proceso. Como uno está condicionado a cómo llevar a cabo la tarea, se le educa en consecuencia. Por lo tanto, este campo cubre los aspectos antes mencionados en el desarrollo de métodos de enseñanza personalizados para personas con necesidades específicas.